cuántica, especismo, antropocentrismo, ética, girardi, redes, movimientos ciudadanos, política

“La tecnología está cambiando el mundo; está cambiando al hombre y su relación con los otros seres vivos. Me gusta ponerlo así, y no es para provocar. Yo lo siento así, lo intuyo así. Creo que estamos viviendo un cambio en la historia de la vida evolutiva del planeta, donde nosotros somos un componente.

Esto tiene dos dimensiones:

Los seres humanos, nosotros, la especie humana, vive una situación de absoluta exageración en la percepción del rol que tiene en la vida del planeta. Nosotros nos hemos autoproclamado la especie central. Y eso no es así. Desde el punto de vista evolutivo la especie humana es la última en llegar al planeta, hace 7 millones de años. El planeta le perteneció durante 4.000 millones de años a las bacterias, y ellas son las dueñas del planeta, son las que van a sobrevivir cuando nosotros desaparezcamos. Estamos haciendo todo por desaparecer. La especie humana se está transformando en un cáncer del planeta, de la vida. Hay una ética del hombre que no tiene horizontalidad con la ética de la vida.

Y la visión antropocéntrica es conservadora y es neoliberal y es materialista. […] La nueva ética no es antropocéntrica, [y este] es un tema central para construir una nueva propuesta progresista para el futuro.  Nos metemos en la civilización que viene, o nos quedamos varados en la civilización pasada.

A este respecto hay un tema central, que es que los intelectuales desaparecieron del planeta. Alguien podrá rebatirlo, pero yo creo que los intelectuales, tal y como existieron, y según el rol que tuvieron en el siglo 20, ya no existen, y los últimos han ido extinguiéndose como los dinosaurios; y hoy en día hay opinólogos, y los nuevos intelectuales que comprenden el mundo que viene son los científicos, y los científicos están absolutamente controlados por el poder económico; y el capitalismo, mucho más sabio, va a controlar la ciencia, va a controlar el mundo que viene:

La globalización genera un conflicto inmenso, porque la globalización, que tenía presagios de ser algo humanizador, integrador, se está transformando en un proceso de más desintegración y excluyente. Las grandes decisiones están pasando por los intereses económicos de esos grandes grupos, no pasan por los Estados nacionales; los ciudadanos están cada vez más alejados de la toma de decisiones en esta globalización que tenemos. Por lo tanto, un desafío es reglobalizar y construir una democracia a escala global, para que los ciudadanos puedan apropiarse de las decisiones del mundo que viene.

[…] Al perder los ciudadanos espacios de participación en las decisiones del mundo que viene, la política se va a hacer cada vez más leve, porque es evidente que la política también no tiene ningún rol ni ninguna participación en las grandes decisiones del mundo […] y los ciudadanos se van a dar cuenta, y entonces el poder, en términos de decidir sobre los grandes ejes, o los grandes conflictos del futuro, de las grandes contradicciones del futuro, no van a pasar por la política, no van a pasar por los ciudadanos, van a pasar por grupos corporativos, que van a tener más poder que los Estados nacionales.

Por tanto, yo creo que si hay un tema sobre el que tenemos que reflexionar como mundo progresista es hacernos parte de este nuevo debate, ser actores de esta nueva estructura de debate sobre el poder, desburocratizar el poder, hacer que los ciudadanos sean protagonistas, participen de, vincularlos con la ciencia, revincular la política con la ciencia, con la nueva intelectualidad que viene.

Yo tengo una visión muy pesimista del futuro, y creo que el capitalismo, el modelo neoliberal, el mercado entiende mucho mejor la sociedad que viene porque al transformar nosotros los ciudadanos en consumidores, la derecha sabe mucho mejor tratar a los consumidores. Nosotros tenemos mala capacidad de enfrentar esto, o de construir políticas hacia los consumidores, y esto está pasando, y esto es un problema global.

Ahora, las crisis son también oportunidades; sin embargo yo creo que nosotros tenemos que generar una nueva reflexión profunda, entender y comprender el mundo que viene y generar nuevos instrumentos. Los partidos, tal y como están, son el anacronismo extremo total, y además están superados ya por las redes sociales y por fenómenos que vienen de la sociedad. Los partidos ni siquiera tienen un piso que tocar y decidir respecto a qué está pasando con la nueva ciudadanía que emerge. Pero el fenómeno es tan profundo que nosotros estamos teniendo nada que decir respecto a estos temas, ni siquiera en el ámbito de la organización de los nuevos movimientos sociales.

Yo siento que ahí está nuestra oportunidad; […] debiéramos nosotros constituir un nuevo espacio profundo, serio, de reflexión.

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